Cuando
comienza el mes de mayo, todos queremos empezar a disfrutar del buen
tiempo, de la playa y, por supuesto, del sol.
Desde
que nacemos nuestra piel se halla expuesta a los efectos beneficiosos
y nocivos de la radiación solar. En términos de salud, los efectos
perjudiciales son muy superiores a los beneficiosos. Por este motivo
hay que aprender a convivir con el sol y a minimizar sus efectos
negativos.
Los
rayos ultravioletas UVA, UVB y UVC
Los
rayos UVA y UVB constituyen sólo una pequeña porción de los rayos
solares, estos son la causa principal de los efectos dañinos del sol
en la piel. Hay tres tipos principales de rayos UV:
- Los rayos UVA (rango entre los 315 hasta los 400 nm de longitud de onda) oxidan la melanina y consiguen un efecto de bronceado instantáneo de corta duración, iniciándose a los 30 minutos de la exposición y atenuándose en pocas horas. Pero los rayos UVA, aún no produciendo quemaduras en la piel, penetran en la dermis profunda (capa intermedia de la piel) envejeciendo a las células y dañando su ADN poco a poco. Estos rayos están asociados al daño de la piel a largo plazo como el fotoenvejecimiento de la piel.
- Los rayos UVB (de 280 hasta 315 nm de longitud de onda) activan la formación de nueva melanina consiguiendo un efecto de pigmentación tardío (al de 3-4 días) y duradero (15 días si no hay más exposiciones). Las ondas del rango UVB poseen mayor energía que las procedentes del rango UVA y dañan el ADN de las células INMEDIATAMENTE, por esta razón son más dañinas para la piel, responsables de las quemaduras solares y las principales productoras de cáncer de piel.
- Los rayos UVC. La capa de ozono evita su penetración en la atmósfera y no están en la luz solar, por lo que no los percibimos.
Beneficios
del sol en la piel
- La piel utiliza la luz solar para ayudar a fabricar vitamina D, un micronutriente que contribuye a mejorar el perfil de colesterol, favoreciendo que aumenten los niveles del colesterol bueno frente al dañino. Además es importante para la formación normal de los huesos ya que favorece la absorción de calcio y fósforo.
- Mejora el aspecto de la piel. El sol ayuda a mejorar determinados problemas cutáneos, como el acné o la psoriasis. Para ello se debe tomar el sol en las horas de menor intensidad y durante un tiempo prudente.
- Aumenta las defensas. El sol estimula la producción de los glóbulos blancos o linfocitos, encargados de combatir las infecciones, y así mejora el sistema inmunológico.
- Reduce la tensión arterial y activa la circulación sanguínea. Una exposición al sol controlada favorece la vasodilatación de los vasos sanguíneos superficiales mejorando la circulación de la sangre y reduciendo la presión arterial.
- Actividad corporal. La melatonina es responsable, entre otras cosas, de regular el sueño. Con la luz su nivel desciende, lo que hace que el cuerpo se sienta más despierto y activo durante la primavera y el verano, que son las épocas del año en las que hay más horas de luz.
- El Dr. Juan Luján, del servicio de Cardiología del Hospital USP San Jaime de Torrevieja, destaca que la luz solar influye sobre las hormonas y mejora el estado de ánimo, y es que la exposición a los rayos ultravioleta estimula la producción de serotonina, un neurotransmisor asociado a la sensación de bienestar, la temperatura corporal y el comportamiento sexual de los individuos.
¿Por
qué es perjudicial el sol para la piel?
El sol
emite radiaciones electromagnéticas cuyo espectro se extiende desde
las radiaciones ionizantes hasta las ondas de radio. Las ondas más
cortas son las más energéticas, más peligrosas para los seres
vivos. Sin embargo, el ozono de la estratosfera impide que lleguen a
nosotros estas ondas: rayos cósmicos, rayos gamma, rayos X y parte
de la radiación ultravioleta (UV), en concreto los UVC. Del total de
la radiación que nos llega procedente del sol, un 50% corresponde a
la radiación infrarroja (IR) y nos proporciona calor; el 40% es luz
visible, que nos permite ver y el 10% restante está formado por la
radiación ultravioleta A (UVA) y B (UVB), responsables de los
efectos biológicos en la piel.
De
la radiación
ultravioleta,
el 95% son rayos UVA y el 5% son UVB. Los rayos
UVA son
los que llegan hasta la dermis profunda provocando las manchas,
arrugas y envejecimiento de la piel mientras que
los UVB
se quedan en la superficie de la piel siendo los responsables de
enrojecimientos y quemaduras.
A
principios dela década de los 80, apareció un agujero en la capa
ozono sobre la región antártica, Aún no se ha tomado conciencia
del peligro que representa la reducción de los niveles de ozono, al
debilitar la protección natural que nos brinda la atmósfera contra
los rayos ultravioletas (UV) perjudiciales que emite el sol. Año
a año los científicos ven desaparecer la capa de ozono a través de
los informes sobre su disminución y sobre los comprometedores
incrementos de radiación ultravioleta y los daños acumulados en
diversos organismos vivos.
Los
efectos nocivos del sol en la piel son:
- Quemaduras solares. Los rayos UVB pueden producir un eritema o quemadura solar que aparece poco después de la exposición.
- Envejecimiento cutáneo. Los efectos de las radiaciones UVA son acumulativos, aunque sean exposiciones repetidas de baja intensidad. Arrugas, manchas solares, pecas y queratosis actínica (áreas ásperas, secas y escamosas) aparecen en las zonas expuestas al sol como cara, cuello, manos... envejeciendo la piel.
- Fotoinmunosupresión. Los UVB dañan las células de Langerhans de la epidermis encargadas de la vigilancia inmunológica de la piel pudiendo reducir o anular las reacciones de alergia de contacto, además de propiciar la aparición de procesos infecciosos como los herpes.
- Cáncer de piel. Los rayos UVB dañan las cadenas de ADN en los queratinocitos. Si éstos no se reparan pueden dar lugar a réplicas de células anormales que pueden multiplicarse dando lugar a un tumor cancerígeno. Entre ellos, el más agresivo es el melanoma, Siendo la primera causa de muerte entre las enfermedades de piel. Su avance es rápido y tiene lugar en las células que producen los pigmentos, los melanocitos.
Formación de melanina
Dentro
de la capa epidérmica (exterior) de la piel hay células que
contienen el pigmento llamado melanina. El proceso de
formación de la melanina, se denomina melanogénesis. Se produce en
el estrato más profundo de la epidermis (estrato basal) y en las
células de la matriz del folículo pilosebáceo. La producción de
melanina es estimulada por el daño en el ADN inducido por la
radiación ultravioleta. Las propiedades químicas de la melanina la
hace un fotoprotector muy eficiente. Absorbe la radiación
ultravioleta nociva y transforma la energía en calor que resulta
inofensivo a través de un proceso llamado «conversión interna
ultrarrápida». Esta propiedad permite a la melanina disipar más
del 99,9% de la radiación absorbida en calor, lo que previene el
daño indirecto al ADN. Una
de las funciones principales de la piel es la protección de los
rayos ultravioleta mediante la formación de melanina y engrosamiento
de la capa córnea de la piel frente al sol.
Protección de la piel frente al sol
La
protección de la piel frente al sol se consigue por varios
mecanismos: aquellos propios del individuo, naturales o fisiológicos,
y otros de tipo voluntario, externos o artificiales.
Protección
natural de la piel
La
piel dispone de diversos mecanismos naturales para absorber o desviar
la radiación solar. Esta es reflejada en parte por los pelos, los
lípidos de la superficie y las células de la capa córnea, y es
absorbida por dos cromóforos endógenos: el ácido urocánico y la
melanina. La melanina está considerada como el factor de
protección fisiológico más importante. La producción de melanina
se estimula con la exposición solar y se traduce en el bronceado. La
función natural del bronceado es la protección solar.
Fotoprotectores
o filtros solares
Los
filtros solares, fotoprotectores o pantallas solares (sunscreens),
son preparados que se aplican sobre la piel para minimizar los
efectos de la radiación solar sobre la misma.
Pero,
¿qué contienen los protectores solares?. Del
mismo modo que muchos otros productos convencionales para la piel,
contienen
sustancias que a la larga pueden resultar tóxicas para nuestro
organismo,
ya que penetran a través de los poros de la piel. Son, por ejemplo,
los
famosos parabenos u otras sustancias derivadas del petróleo como la
parafina, metales pesados, ftalatos, etc.
Lo
más recomendable es buscar los que sean de
protección solar natural mineral, no químicos,
que se encuentran posiblemente en tiendas de productos naturales y
ecológicos. Uno de los ingredientes menos dañinos es el óxido
de zinc,
por lo que podemos fiarnos si éste es el filtro principal. Se deben
evitar los aerosoles y decantarse por las lociones o las cremas, que
siempre son menos perjudiciales.
¿Qué
es el factor de protección de un filtro?
El
factor de protección, también denominado índice de protección o
coeficiente de protección, indica la eficacia protectora de un
filtro. Los filtros solares tienen uno o varios números que indican
el factor de protección solar. Por ejemplo, si una persona
desarrolla eritema (enrojecimiento) tras 30 minutos de exposición al
sol, el uso de un filtro solar 15 prolonga 15 veces más, es decir ,
450 minutos, la aparición del eritema. Si el filtro solar sólo
lleva un número y no se indica nada, éste se refiere al factor de
protección frente a los UVB. Si aparecen dos números, el primero
indica el factor de protección frente a los UVB y el segundo, el
factor de protección frente a los UVA.
Fototipos
cutáneos
Los
fototipos cutáneos miden los tipos de piel en función de la
sensibilidad a la radiación ultravioleta, la formación de eritemas
o pequeñas inflamaciones de la piel y sus características. La
clasificación de los fototipos cutáneos son:
- Fototipo I. Engloba a aquellas personas de piel muy pálida, generalmente pelirrojos, con una piel que casi siempre se quema, apenas se broncea y que suelen sufrir reacciones fotoalérgicas al exponerse de forma prolongada a la luz solar directa.
- Fototipo II. Son personas de piel blanca, sensible y delicada, en general de cabellos rubios o claros. Al igual que las de fototipo I, apenas se broncean, con reacciones fotoalérgicas en caso de exposición prolongada al sol.
- Fototipo III. Es el más común, correspondiendo a personas con cabellos castaños y pieles intermedias, que enrojecen primero y se broncean después de su exposición al sol.
- Fototipo IV. Está compuesto por personas que enrojecen moderada o mínimamente, se pigmentan con bastante facilidad y de forma rápida al exponerse al sol. Son personas de piel ligeramente morena, de pelo y ojos oscuros.
- Fototipo V: Las personas incluidas dentro de este grupo se caracterizan por que enrojecen raramente y se pigmentan con facilidad e intensidad. Son personas de pieles de color oscura generalmente residentes en latinoamérica o el norte de África.
Precauciones para la exposición solar
- Evitar la exposición al sol entre las 13:00 y las 17:00 horas.
- Utilizar gorras, sombreros, sombrillas y gafas de sol.
- Considerar la existencia de superficies reflectantes: nieve, agua, etc.
- Con la altura aumenta la intensidad de la radiación. A menor latitud, mayor irradiación.
- Usar un filtro solar adecuado antes de cada exposición, aplicándolo entre media y una hora antes y volver a aplicarlo cada dos horas.
- Usar filtro solar aunque el día esté nublado, pues la radiación UVB llega hasta nosotros de igual manera.
- Educar y proteger adecuadamente a los niños de la radiación solar.
- Evitar la exposición artificial en cabinas de rayos UVA que facilitan la aparición del cáncer de piel y envejecimiento cutáneo prematuro.
- No tomar el sol cuando ya hay quemaduras solares.
- No utilizar cremas bronceadoras intensificadoras del efecto de la radiación UV, ni aplicar colonias o productos perfumados antes de la exposición al sol.
Tanorexia
La
tanorexia es una adicción al bronceado, es el término usado a
menudo para describir una condición en la cual una persona genera
una necesidad obsesiva para lograr un tono de piel más oscuro, ya
sea tomando el sol al aire libre o en cabinas de rayos UV, que nunca
puede alcanzar al creer tener un tono mucho inferior al real.
A
pesar de que el síndrome no ha sido oficialmente descrito por la
comunidad médica, algunos de los síntomas que presentan los
afectados son:
- Compulsión por aumentar y mantener el tono ganado experimentando excesiva ansiedad.
- Competitividad con compañeros por conseguir el bronceado más oscuro.
- Frustración e insatisfacción crónica por los resultados obtenidos.
- Convencimiento constante de que su tono de piel es inferior de lo que realmente es.
- Pérdida de apetito provocada
por la sensación de falta de horas al sol.
Realmente,
no somos conscientes de los daños irreparables que puede sufrir
nuestra piel debido a las radiaciones ultravioletas de los rayos
solares. Es importante exfoliar nuestra piel cuando sea necesario e
hidratarla y protegerla cada día. Está en riesgo nuestra salud.
Fotos
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Fuentes de información
http://www.hogarutil.com
http://www.chospab.es
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http://www.nlm.nih.gov/medlineplus
http://www.webconsultas.com
http://es.wikipedia.org
http://www.cancer.org
http://www.cosmetologas.com
Un artículo muy completo, enhorabuena.
ResponderEliminarBuenos consejos, lo probaré. La verdad es que es muy importante protegerse del sol tanto en la playa como en la piscina.
Muchas gracias RMC, espero que sigas leyendo y disfrutes.
EliminarUn saludo.